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Autores varios

"Cien cuyes": una historia conmovedora sobre la vejez, la muerte y la búsqueda de la dignidad

Actualizado: 7 ago

Por: Dustin Reyes García, Fabricio Roca Escobar, Milagros Ramírez Quiroz, Yamile Rodriguez Cotito, Harly Rodríguez Ramírez


En medio de la vejez y la enfermedad, esta novela nos regala una historia llena de esperanza y amor.

Cien Cuyes es la novela galardonada de Alfaguara 2023 —finalista del premio Herralde de Novela y del premio Planeta - Casa América— del escritor Gustavo Rodríguez (Lima, 1968), autor de otros títulos como La risa de tu madre, La semana tiene siete mujeres, Cocinero en su tinta, así como de otros libros infantiles y juveniles que se leen en escuelas. Esta obra aborda temas controversiales y sentimientos encontrados, como la pena, vergüenza, empatía, apatía, simpatía, condescendencia e indignación, en la que Eufrasia, una cuidadora de ancianos,  nos relata sobre anécdotas de su vida con ellos y sin ellos, dándonos una perspectiva más amplia de lo que significa la tercera edad. Dicho esto, la presente reseña resalta los temas expuestos de la vejez, el amor y la eutanasia (suicidio voluntario) para que sean tomadas en cuenta desde una óptica más amplia y crítica y así el lector reflexione y entienda estos tópicos de la realidad que muchos ancianos padecen.


Eufrasia da por “normal” su trabajo como cuidadora de siete ancianos, sin saber que su perspectiva misma de la vida y de temas como la utilidad, la vejez, el amor y la eutanasia iban a dar un giro rotundo en su vida. Ella era ignorante sobre el cuidado de la vida senil, puesto que jamás reflexionó sobre el pasar de los años o sobre su condición o estado actual y no se le puede culpar por eso, ya que son pocas las personas que hacen una pausa en su vida para ponerse a cavilar sobre ello. Y es que la vida transcurre como una vorágine y nos devora tan rápidamente que un día estamos balbuceando y al otro ya estamos en nuestra ceremonia de graduación. Así de repentino pasa este transcurrir, por ello es importante utilizar los recursos y el tiempo de forma favorable, ya que los años pasan rápido y solo quedan la experiencia. A todo ello, la sociedad parece permanecer ignorante al no prestar interés en formar personas que se encarguen de cuidar de aquellos veteranos de la vida; es decir, de los ancianos. Con relación a ello, el portal Rincón de Libros (2023) refiere que Eufrasia es una mujer de alto valor y potencial humano. En ese sentido, se considera pertinente la presencia de este personaje y su papel fundamental para la sociedad por velar de los adultos mayores que viven relegados por sus familias, como es la historia de muchos asilos en el Perú.


Eufrasia estaba preocupada, pasaron los tres meses y a pesar de ello doña Carmen se curó de su hueso dañado; sin embargo, existen otro tipo de daños como los del alma, los del ego, los del deseo, los cuales no tienen cura biológica, ni tampoco química y por eso dice que la tabla periódica no condiciona ni promueve curar las heridas del alma de doña Carmen. También se dice que ella siempre fue celosa con su autonomía y con justa razón, debido a que hay, según el mismo autor, un hito final que separa las etapas de la vida llamadas “infancia” y “vejez”. Pasada la infancia llega la adolescencia, en la cual no se espera la muerte, pero pasada la vejez sí. De ahí que en la obra se dice que doña Carmen se molesta con justa razón, puesto que, si su etapa acaba, le tocará pasar a la otra etapa: la de ya no estar aquí. Además, se alude a la infancia en su periodo a su respectiva siguiente etapa, la cual no es la muerte, sino que es la adolescencia, por lo cual no es tan pesada como sí lo es la vejez. De la misma forma, hay que destacar que en la infancia hay tersura (refiriéndose a la suavidad de la piel de un niño). También algunos ancianos envejecen y su único perecer es tener que llevar un bastón, mientras que otros, menos afortunados, como en el caso de doña Carmen, les toca ser no autosuficientes. Se emplean metáforas y alegoría sarcásticas como requerir de una limpieza del trasero, la cual se dice es terrorífica, como que este Rubicón (metáfora del río de Italia), este chorro de fluidos (orina o materia fecal) corre en blancas mayólicas: una sucia agonía que se da en el baño. De acuerdo con Alva Hurtado (2023), Doña Carmen, celosa de su independencia, se incomodaba ante la idea de perderla y enfrentar la muerte. Luego de la infancia llega la adolescencia, la cual nunca es muerte; a diferencia de la vejez: el preludio de la muerte. Algunos ancianos al envejecer tan solo adquieren un bastón, pero Carmen quedó incapaz de sostenerse en pie por sí misma. De este modo, en la realidad peruana los ancianos son iguales de celosos con el hecho de no llegar a ser autosuficientes, por el miedo a ser una carga y tener que sentirse relegados por su ambiente familiar, ya que afecta la integridad tanto física como emocional de los adultos mayores. 


Alude a que Eufrasia, por mantener la compostura y el respeto social, se tragó su orgullo ante esa malcriadez de aquel anciano que cuidaba la casa, don Arcadio era cada vez más irrespetuoso e insolente al ver el escote de Eufrasia al ser su mirada lo equivalente a una tarjeta de crédito y la ranura vendría siendo el escote de ella. Eufrasia es como premio consuelo de la vejez de aquel abuelo. Ella era la recompensa y el derecho que tenía este tan solo por ser anciano, ya que, medita Eufrasia, que debería ser ese ánimo inesperado característico de don Arcadio por ser viejo. Quizá la acumulación de años otorgaba el derecho de no censurarse pero a la vez se contemplaba con una mirada gran capacidad de poder ser pervertido, ser sucio o descuidado cuando uno quisiese. Hechos que equipara a doña Carmen, una mujer de tercera edad también con el comportamiento descuidado, una anciana que estaba a su cargo y que la mayor parte la en su cama por ser inválida. Rodríguez menciona que la pérdida de facultades que conlleva el envejecer se deriva a la pérdida de placeres y de vista (como se citó en CNN Chile, 2023). Por lo mencionado don Arcadio, al ya no poder tener relaciones sexuales por ser anciano, sí que puede mirar usando dicha facultad como excusa para no censurarse a su actitud pervertida hacia Eufrasia, lo que esta situación y la acumulación de los años del viejo le otorgaba el derecho de no ser censurado al contemplar con su mirada depravada y sucia y cuando a él se le antojase, por lo que presentaba consideración la protagonista con dicho sujeto, ya que ella le mostraba cierto lado de pena por su condición.


Una novela que invita a reflexionar sobre el valor de la vida en todas sus etapas, especialmente en la vejez, a menudo relegada a un segundo plano por la sociedad.

Otro acontecimiento es el hecho de que se tratara de una vieja camioneta repleta de ancianos encendió una mecha descomunal, los comentarios se aglomeraron con deseos bienintencionados, algunos plantearon cadenas de oración y no faltaron los burlones que sugirieron que debía tratarse de alguna orgía geriátrica y que dejaran a los viejitos vacilarse en paz. Para estos últimos, Liliana guardaba una furia apretada y con mucho esfuerzo se había cuidado de no responderles con dichas groserías mencionadas en la obra. Se dice en el texto que el hecho de que las noticias transmitieran este encerramiento de los ancianos en la playa encendió una mecha descomunal en los espectadores debido a lo insólito de la noticia. La gente empezó a apoyarlos en sus deseos bienintencionados que le daban aprobación a lo que querían hacer los magníficos, dándoles el derecho social de poder hacer orgías o cualquier cosa que pase por sus cabezas. También se observa cómo la sociedad continúa juzgando a los magníficos incluso después de su muerte, transformándolos en memes, publicidad sensacionalista y noticias poco serias. Esta actitud, aunque previsible para los magníficos, resalta la falta de empatía y comprensión hacia el dolor que los llevó al suicidio. El deseo de Miguelito de morir lleva a reflexionar sobre el sufrimiento inherente a la vejez y cómo puede llevar a algunos a ver la muerte como la única salida. Esto plantea preguntas sobre la calidad de vida en la ancianidad y el derecho de cada individuo a elegir su destino, incluso si eso implica la muerte. A esto, Alva Hurtado (2023) menciona que las fallas en el tratamiento de los ancianos, en sus maneras de interactuar, a lo que implica que el simple tema de la eutanasia ya es difícil de tratar, se le considera aún peor si es un suicidio secuencial, a lo que transmite un motivo creíble para saltar a la muerte por decisión propia debido a la pérdida de uno de sus miembros de los siete magníficos. La narrativa lleva a cuestionar cómo la sociedad percibe y trata el sufrimiento humano y la autonomía individual en decisiones tan trascendentales como el suicidio, ya que se puede observar que la simple idea de mencionar una opinión tan controversial sobre temas como este desencadena —hasta en la actualidad— muchos prejuicios y factores donde los que están en contra deciden recibir más desinformación, dejándose llevar por sus ideales, afectando aún más sobre la salud de mental y en la decisión de Miguelito en representación de muchos ancianos que pasan por la misma situación de culminar con dicho acto llamado “suicidio”.


Finalmente, se concluye que la protagonista de la obra es una mujer que ha querido, tolerado y pasado por muchas anécdotas tanto en su juventud como en su trabajo como cuidadora, siendo ella la representante fundamental para nuestra sociedad senil, abarcando como intermediaria sobre los deseos de los siete magníficos, dando un soporte e ilación a lo que muchos en nuestra sociedad buscan que es, el simple hecho de ser escuchados, atendidos y no olvidados. De la misma manera, se observa que la etapa de la vejez es algo que muchos no quisieran llegar por el temor y la angustia. Al tener la condición de anciano, existen limitaciones a hacer cosas que suelen hacerse sin preocupación alguna, dando resultado a que crecemos en una sociedad donde los estereotipos y la justificación de ser veteranos en la vida nos haga reflexionar que son personas deficientes al momento de tomar decisiones y acciones, por ello no se da paso al explicar sobre la eutanasia, la cual es un asunto concerniente a ellos. Esta herramienta legal y moral hace girar la trama de la obra, dándole sentido y color. Los siete magníficos, más que ser solo ancianos, son una representación de esos deseos oprimidos de la sociedad, son la voz que se alza para decir “aquí estoy, existo”. Ellos son la voz de protesta. Ellos son quienes, con sus experiencias divertidas, penosas y crudas, nos hacen ser conscientes como lectores de que hay una dimensión desconocida y la cual se le quiere desconocer y que se requieren más Eufrasias en este mundo; o sea, más personas que sean lo suficientemente comprensivas como para ser capaces de intervenir, apoyar, escuchar y solidarizarse con los ancianos, los cuales son el 12.7 % de la población peruana actual 2024 (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2020).

 

Referencias

Alva Hurtado, A. (10 de abril del 2023). Reseña de Cien cuyes, de Gustavo Rodríguez. Cuenta Artes. https://cuentaartes.org/2023/04/resena-de-cien-cuyes-de-gustavo-rodriguez/

 

 

Rincón de Libros. (2023). Reseña Cien cuyes premio Alfaguara 2023 [archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=EBNArUDfrnA


Bibliografía adicional

CNN Chile. (2023). Gustavo Rodríguez explica Cien cuyes, su novela ganadora del premio Alfaguara [archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=ypBo_Cv8uHY

 

Del Solar, Salvador. (2023). Gustavo Rodríguez conversa con Salvador del Solar en Aire Libre sobre su premiada novela Cien Cuyes [archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=ZRnCN1Zz8uc


Epicentro TV. (5 de abril del 2023). Entrevista con Gustavo Rodríguez, ganador del premio Alfaguara 2023 por “Cien cuyes” [archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=jHpEWam7RZA


 

Dato bibliográfico

Rodríguez, G. (2023). Cien cuyes. Alfaguara.

 

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